AGNES
RESTON
Después
de haber luchado los puertorrealeños contra las tropas francesas en
el Puente de Zuazo defendiendo el lugar para que los franceses no
pudiesen invadir nuestro territorio, ante la superioridad numérica
del ejército de Napoleón, no tuvieron más remedio que retirarse y
el día 4 de Febrero de 1810 llegan los franceses a Puerto Real,
encontrándose con un casco urbano casi abandonado.
En el castillo de Matagorda estaba
casi derruida la muralla que daba al mar y los franceses despistados
no ocupan este fuerte en esos momentos, lo que da lugar a que el
general británico William Stewart, que se hallaba en Cádiz para
defender a nuestro país, aproveche la ocasión y, en la oscuridad de
la noche, establezca un contingente de 88 hombres al mando del
capitán Archibald Maclaine, que sitúa varias piezas de artillería.
Poco a poco fueron llegando más
soldados y personal, consiguiendo una dotación total de 150, más
unas embarcaciones cañoneras menores y el navío español San
Francisco de Paula.
En la madrugada del día 21 de
Abril comenzó el bombardeo del castillo por un contingente de 8.000
soldados franceses. El navío y las pequeñas embarcaciones tuvieron
que retirarse por los daños causados por la artillería. El
castillo comenzó resistiendo gracias a la pericia del teniente
inglés Brereton, pero la supremacía francesa era tan evidente que
hace imposible mantener el castillo. Las bombas producen fuego y
hacen que se propague, destruyendo los cobertizos del personal. La
derrota se veía inmediata por lo que hubo que preparar la evacuación
y esta se hizo a las 10 de la mañana del día 22 de Abril.
Los soldados, después de destruir
la artillería y lo que pudieron del fuerte, fueron transportados en
botes, llevados al navío inglés Invincible y trasladados a Cádiz.
Hubo 8 muertos y 19 heridos.
En esta actuación heróica se
distinguió una mujer, la escocesa Agnes Reston, llamada la Heroína
de Matagorda que tuvo el valor de acompañar a su marido el sargento
James Reston. Ella atendía a los heridos, cargaba munición,
suministraba la comida y agua y fue una de las últimas personas que
abandonó el castillo con su hijo en brazos.
Su heroicidad fue muy reconocida
en Inglaterra donde se le hizo un homenaje con una colecta popular
para que pudiese pasar su vida sin apuros económicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario